Mark Hancock | Presidente nacional de CUPE-SCFP

En octubre tuve la oportunidad de visitar Colombia con una delegación de CUPE-SCFP para reunirnos con dos organizaciones increíbles con las cuales nos asociamos a través del Fondo par La Justicia Global de CUPE SCFP.

Pasamos mucho tiempo con NOMADESC una organización de investigación y de defensa de derechos humanos liderada por la  intrépida Berenice Celeita que nos llevó a lugares adonde, según el gobierno de Canadá, no deberíamos ir.

Fuimos a la ciudad portuaria de Buenaventura, el eje central de las rutas comerciales más importantes del país y donde las operaciones de empresas de recursos extranjeras han obligado a miles de pueblos indígenas y Afro-colombianos de dejar sus comunidades y irse a una ciudad que no tiene ni las viviendas, ni los servicios ni los empleos para mantenerlos.

Hace dos años, los habitantes de Buenaventura  se unieron y estuvieron 22 días en paro cívico,  cerraron la ciudad por un periodo de 22 días, exigiendo seguridad y servicios esenciales como  el acceso al agua potable, saneamiento, y educación para la  comunidad que ha tenido un crecimiento desmedido.

Me reuní con algunos integrantes del comité del paro cívico. Me hablaron de sus luchas. También estaba presente cuando Victor Vidal, uno de los dirigentes del paro, fue elegido alcalde de Buenaventura.

Teníamos previstos para dos días más tarde una reunión con dirigentes indígenas en el departamento del Valle de Cauca.

La víspera de esta reunión, se conoció la noticia que miembros de un grupo paramilitar asesinaron a cinco dirigentes  indígenas.

Una de las victimas fue una mujer joven, gobernadora electa de su comunidad. Los otros cuatro fueron de la guardia territorial que hacen patrullas en sus comunidades, armados solamente con el bastón tradicional. A pesar de la violencia provocada por un proceso de paz estancado, estas comunidades han decidido llevar una existencia pacifica en sus territorios de acuerdo con sus costumbres.

El día después de este trágico acontecimiento, fuimos a Tacueyo, la comunidad donde tuvo lugar esta masacre y vimos a centenares de miembros de las comunidades vecinas reunidos en Tacueyo.

Vinieron de luto pero también se organizaron. Más de 600 personas se dividieron en grupos de debate. Hablaron de las opciones que enfrentaron y de como seguir adelante. Este día, lo que presencié fue un valor increíble ante una tragedia; todavía no lo entiendo.

También pasé un día con la gente de SINTRACUAVALLE – el sindicato que representa a los trabajadores de la única empresa publica de agua en Colombia que han estado luchando valientemente contra la privatización del agua en este país, ante lo que a veces es una oposición violenta.

Recorrimos la planta de tratamiento del agua, que tiene menos parafernalia que la mayoría de tales plantas en Canadá pero sigue suministrando agua potable segura y limpia a las comunidades a las que presta servicios. Asistimos a una reunión que organizó el sindicato para miembros de la comunidad que luchan por servicios públicos del agua.

Era impresionante oír a los trabajadores y los vecinos hablar con tanta pasión de la importancia del agua. Pero de otro lado, me daba escalofríos saber que la presidenta del sindicato, mi amiga Margarita López, no puede dar ni un paso fuera de su casa sin una escolta de seguridad. En Colombia corre riesgo constante por ser una organizadora comunitaria y sindicalista.

El valor extraordinario de las mujeres y de los hombres que conocí en Colombia me inspiraron profundamente;.se organizan y luchan por los derechos humanos, se oponen  a la corrupción y a la agresión corporativas a pesar de tantas dificultades y tanta oposición violenta.

Su valor me recuerda que todavía existen demasiado lugares en este mundo donde no es recomendable defender a las ideas en las que cree, y donde la vida corre peligro simplemente por ser una activista sindical.

CUPE SCFP va a instar al gobierno de Canadá a que presione al gobierno colombiano para que ponga en marcha los acuerdos de paz y para que garantice los derechos humanos básicos del pueblo colombiano.

Aquí en Canadá enfrentamos retos, en nuestros centros de trabajo, en nuestras comunidades, y hasta en el seno de nuestro sindicato.

Sin embargo, no debemos perder la perspectiva sobre estos retos y debemos estar firmes en nuestra decisión de luchar contra la injusticia dondequiera que se encuentre, y de seguir construyendo un mundo mejor mediante la solidaridad internacional.

Cedito de la foto: NOMADESC. D-I: L-R: Victor Hugo Ospina (NOMADESC), Marta Giraldo (MOVICE Valle de Cauca), Yuliana Veléz (NOMADESC), Mark Hancock (CUPE), Berenice Celeita (NOMADESC), Betzayda Dominguez (NOMADESC), Olga Araujo (NOMADESC). MOVICE es el Movimiento de las Victimas de Crímenes de Estado y  NOMADESC es La Asociación para la Investigación y la Acción Social .